Escritos


La muerte

Al sentir la tercera campanada,
Al llegar la media noche.
Pude percibir el intenso olor a sueño,
Recorriendo mi cuerpo,
Con deseos de poseerlo.
Pero yo no quería ceder.
Me creía poderosa y no quería perder el control,
De aquello que había empezado a dominar.
Pero mi cuenta atrás ya había empezado.
Y aquellos malditos números,
Empezaban a tener poder sobre mí.
Intente huir, intente ocultarme…
De aquella oscuridad inmensa que nublaba mis ojos.
Note el dolor de mis parientes,
Y sus suplicas y sus llantos…
Entonces entendí, que todo había acabado…
La muerte había ganado.
Por fin, la noche eterna se había apoderado de mí.
Y todo lo demás…No había sido más que un sueño.

Primer escrito publicado en 2005 
Segundo puesto en un concurso literario.

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Piensa En ti

No consigo apaciguar las voces de mi interior,
Ante mis ojos, noche tras noche la misma escena.
Golpe tras golpe…
Si hay un dios allá arriba, que escuche mis llantos.
Si hay un dios, que acabe con mi sufrimiento.
Medianoche, el show de cada día.
Que has hecho mal esta vez?
Golpes y mas golpes…
Y rezas al señor para que,
Este próximo sea el definitivo.
Medianoche, como siempre
Tirada sobre el suelo de la cocina
Viendo pasar la vida…
Viendo morir tus sueños…
No cabe duda, de lo valiosa que eres.
Sin ti, el en realidad no es nada…
Solo un cobarde, un maltratador…
Un trapo inservible, una pieza rota en tu vida.
Y no serás más que una victima más,
Si no abres los ojos… estarás perdida.
Piensa en tus hijos,
Los que lloran y rezan por ti
Nosotros los que nos arrastramos a tu lado,
Recogiendo los pedazos de tu alma.
Recogiendo tus lagrimas en esos pedacitos de ropa…
A los que llamas sueños…
Piensa en nosotros, piensa en ti…
Mama, piensa en ti…
Sandra Palacios

Ultimo escrito publicado en 2006 (quedó en 3er lugar de un concurso literario)

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Una noche confusa

Sentia la presencia de una persona.

Alguien que no conocia.

A oscuras en aquel rincón de la habitación, 

le sentia respirar con dificultad.

Le faltaba el aire.

Mil ideas por mi mente, ninguna me traia la solución.

Tenia miedo de encender la luz, por temor a lo que me iba encontrar.

La habitación permanecia tranquila y oscura.

Y mientras tanto mi intranquila y oscura mente, buscaba respuestas.

¿Quién será?¿Que querrá?

Pronto sentí un murmullo, 

una extraña voz pronunciaba mi nombre.

El miedo, recorria mi cuerpo sin reparo....

Finalmente, le oí ponerse en pie.

Se acercó a la ventana y entre la muy inclara claridad de la luna.

Pude ver su rostro...

Una chica con la mirada perdida, 

entre un mar de lágrimas ya derramadas.

Con una extraña expresión en su pálido rostro.

Se trataba de la vagante y triste alma, de esta misma escritora.

Escrito en 2.000 (quedó en segundo puesto en un concurso literario)

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Ultimo amanecer

Sentados uno frente al otro, sintiendo por última vez la brisa del mar
Dos amantes, que se entregan sin miedo al sueño más profundo.
Amanece, lenta y tiernamente.
Pero hoy amanece frio y el cálido sol se oculta tras la fría niebla de este otoño.
Juro que jamás te olvidare...
Un susurro trae el viento mientras estas dos almas se disuelven y se unen,
Como si de una sola alma se tratara
Se deslizan suavemente los siglos de vida que el joven carga sobre sus hombros,
Tan humano pese al paso del tiempo, ha decidido dejarlo todo por ser feliz
Tan solo un instante
Tan frías sus caricias, y sus besos tan cálidos
Es el contraste que tan solo un amor fuerte podría ofrecerles
Pero ahí está su decisión
Ella cierra sus ojos fuertemente,
Mientas se siente vencida por este incansable sol que alumbra nuestras vidas
Día tras día, semana tras semana, año tras año
Dulce y joven se enfrenta a la muerte por seguir a su amado también en la otra vida.
Se dejo convencer para ser quien es,
Y el tan solo le ha podido ofrecer la muerte
A tan solo unos instantes de que el sol se ponga,
Se brindan con un fuerte beso
Pero allá llega para ella, el último recuerdo de ambos.
Cuando de un empujón la separa de él y la cubre con un manto.
La dama deja caer sus lágrimas, mientras observa detenidamente como los restos
Polvorientos de su amado, se deslizan entre la suave niebla
Que se apaga bajo los fuertes rayos del sol.

Ultimo escrito 28/12/2009 (a petición de unos amigos)